Ingrid Escamilla: Apagar el horror
16299
post-template-default,single,single-post,postid-16299,single-format-standard,bridge-core-1.0.5,ajax_fade,page_not_loaded,,qode_grid_1400,qode-theme-ver-18.1,qode-theme-bridge,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-7.5,vc_responsive

Ingrid Escamilla: Apagar el horror

Portada: Mosaico de fotografías e ilustraciones publicadas en Instagram, acompañadas del hashtag #IngridEscamilla. Elaborado por Signa_Lab.



Ingrid Escamilla: apagar el horror



Este es un trabajo colaborativo del equipo de @Signa_Lab | 13 feb, 2020





Ingrid Escamilla, de 25 años, fue asesinada el 9 de febrero de 2020 en la Ciudad de México por su pareja. Hoy, el feminicida se encuentra detenido en el Reclusorio Oriente de la ciudad de México. El asesinato de Ingrid ha sido tipificado como feminicidio.

En cuanto la información se hizo pública, en el Laboratorio utilizamos dos herramientas de “escucha de redes”, una desarrollada en el propio laboratorio, THOTH, con los términos de búsqueda #IngridEscamilla e #Ingrid, que en un primer llamado (del 9 de febrero al 12 de febrero) arrojó 178,501 tuits, y en otra descarga en tiempo real, de las 11:58 del 12 de febrero, a las 13:33 horas del 13 de febrero, arrojó un total de 179,201 tuits; y también utilizamos SocioViz, para hacer una primera descarga que nos permitiera analizar de manera rápida cuáles eran los hashtags que había movilizado el brutal asesinato de Ingrid.

Esta descarga nos ayudó a generar el siguiente grafo (un grafo es el resultado de un análisis algorítmico de un conjunto de datos que indican relaciones, en este caso, de Twitter) que muestra la relación de usuario a hashtag, a través del procesamiento en gephi de una muestra de 5,000 tuits, en la que encontramos que la conversación en Twitter en torno al tema creció de forma orgánica, impulsada desde dos frentes: por un lado, el comentario del presidente López Obrador en su conferencia del lunes 10 de febrero, que explica por qué el hashtag #AMLO se mete en la discusión; y por el otro lado, el asesinato de Ingrid que empezaba a mostrar una fuerte tracción y a ocupar centralidad en la red. La multiplicidad en los tonos de la paleta de colores hace referencia a las comunidades1 que abordaron el tema central desde distintos puntos de vista.



Grafo 1. Relaciones de Usuario a Hashtag, del término #feminicidio. 590 nodos, 1,887 aristas y 40 comunidades. Elaborado por Signa_Lab.



1 Las comunidades se generan cuando dos o más nodos interactúan entre sí. Están representadas por los colores de aristas y de nodos dentro de la red.





Metodología y primeras hipótesis



A partir de estas primeras aproximaciones, se generaron los datasets para profundizar en el análisis. Ampliamos el rango de búsquedas y utilizamos otras herramientas para calibrar el impacto en la conversación en torno al asesinato. Generamos una primera visualización con una descarga que realizamos del 9 al 12 de febrero. Nos interesaba observar la relación de las y los usuarios con diferentes hashtags, que como hemos enfatizado en diferentes informes y artículos, operan como articuladores políticos en el plano de lo orgánico (conversaciones espontáneas) y como dispositivos de irrupción-disrupción en un debate o controversia en el plano no orgánico o impulsado por automatismos y estrategias digitales combinadas.

La visualización muestra que hubo una fuerte articulación en torno a tres ideas básicas: la justicia, el feminicidio y el recurrente #NiUnaMenos que ha estado vinculado a las luchas de las mujeres en los últimos años. La paleta de colores, seleccionada por el equipo de Signa_Lab, rinde tributo a la ola violeta que ha colocado importantes temas de la agenda feminista.



Grafo 2. Relaciones de Usuario a Hashtag, del término #IngridEscamilla e Ingrid, con un periodo de descarga del 9 al 12 de febrero. 17,507 nodos, 25,183 aristas y 622 comunidades. Elaborado por Signa_Lab.



Sin embargo en el análisis semántico (frecuencia de palabras, giros en el lenguaje) evidenciaban que a la par de la indignación y la tristeza, los aspectos más sórdidos de la muerte de Ingrid ganaban impulso. Se puso de manifiesto que muchas personas -que se acercaron a la etiqueta #IngridEscamilla-, están atravesadas por la normalización de la violencia. La propagación viral, por contagio cultural del horror, de lo gore, acallaba cualquier sentido de lo humano.

Y es que la violencia feminicida avanza y su tratamiento tanto mediático como por parte de las autoridades perpetúa la revictimización y con ella, la normalización de la violencia, que termina por producir indiferencia o atención desmedida sobre los detalles terribles en cada caso. Para validar nuestra hipótesis de que #Ingrid nos colocaba frente a un desafío mayúsculo, decidimos dar cuenta del caso y de su conversación en redes sin caer en el denuncismo y sin perder de vista una perspectiva ética, centrada en las biografías y en las personas. Por ello tomamos la decisión de consultar primero algunas cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) para dar el contexto y la gravedad de la situación.

Tan solo de enero a septiembre del año 2019 fueron asesinadas 2,833 mujeres, sin embargo, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) declaró que apenas 726 casos fueron tipificados como feminicidios.

Por otro lado y de acuerdo con datos del Gobierno de la Ciudad de México, el crecimiento de los delitos cometidos en contra de las mujeres en la capital del país ha crecido en los rubros: violación, violación equiparada, estupro, intentos de violación, abuso sexual, acoso sexual y feminicidio.

En esta visualización elaborada por Signa_Lab, mostramos los totales de estos delitos desde 2015, además de un mapa que georreferencia la dirección de cada uno, la fecha del delito y la fecha en que se hizo la denuncia.







Vale la pena navegar por esta visualización interactiva que, entre otras cosas, permite entender que en esta atmósfera de violencias brutales, #Ingrid no es un caso aislado, pero sí es la sumatoria del horror.





Colapso del sentido



Respiramos en una atmósfera en la que la violencia ha sido ya incorporada en lo cotidiano. Miles de personas consumen y difunden “información” sin reflexión sobre sus implicaciones. Narrar y visibilizar la violencia de manera crítica es una tarea política y cultural para atajar la barbarie, romper los relatos de normalización de la brutalidad y el exterminio.

En el caso de Ingrid se instalaron al menos tres tipos específicos de discusión alrededor del acontecimiento:

  • Cobertura mediática mayormente espectacularizante.
  • Reproducción de la violencia en diálogos en redes a través de la burla o la condena a la víctima.
  • Búsquedas de información en internet relativas al hecho que sólo capturan la brutalidad sin contexto estructural.



Volviendo al análisis de las redes semánticas, mostradas aquí como nubes de palabras, que como ya hemos explicado, muestran la frecuencia con la que un término o palabra aparecen,  y cuál es su relación con la producción de sentido en torno a una discusión determinada.

Como se puede apreciar -y significa una buena noticia-, prevalece el término feminicidio, que indica que la dinámica colectiva reconoce y se identifica con el término; sin embargo la prevalencia y relación entre “monstruo”, “cuerpo”, “desolló” y especialmente “fotos”, indican que había dos narrativas en choque: la indignación, la rabia y la tristeza que articulaban y formaban “comunidades” en Twitter y, de otro lado, la burla, la criminalización de la víctima y especialmente el morbo y la obsesión por “consumir” la imagen más terrible de la destrucción de #Ingrid2.



Nube de palabras 1. Palabras con mayor frecuencia que aparecen en los tuits que utilizaron el término #IngridEscamilla e #Ingrid, del 9 al 12 de febrero. Elaborado por Signa_Lab.



Lo que este análisis nos permitió ver con claridad, es la validación, por la vía de la diseminación mediática o sociodigital de la brutalidad, que no sólo busca terminar con la vida “sino con la condición humana” (Cavarero, 2009: 32), y la enorme dificultad de producir relatos que interrumpan esta lógica y cuestionen la naturalización de la violencia como eje estructurante de la socialización cotidiana en México: gramáticas del horror.

 

2Queremos ratificar que ponemos a disposición de investigadores en ciencia de redes y análisis de datos, los data sets que generamos, mediante un correo con declaración de motivos y adscripción, enviado a signalab@iteso.mx.





Gramáticas del horror



Una vez que pudimos analizar con detenimiento las redes semánticas que estaban fijando el sentido –gore– del asesinato de #Ingrid, se tomó la decisión metodológica de analizar lo que activaba -lo que llamamos-, “la involucración digital” con el tema.

La gramática, dice el diccionario, es el estudio de las reglas y principios que gobiernan el uso de la lengua. Es un sistema que provee, construye y orienta las palabras y su combinatoria para la interacción colectiva. Usamos aquí, esta expresión “gramáticas del horror” (Reguillo, 2012), para acercarnos a la construcción colectiva y siempre en disputa de un acontecimiento. En las horas que transcurrieron a lo largo de la mañana del día 12 de febrero, se iba imponiendo el horror. Esta afirmación se sustenta en cuatro evidencias empíricas encontradas por Signa_Lab.

  • Palabras más utilizadas en la cobertura mediática alrededor del asesinato de Ingrid.
  • Términos de búsqueda más ligados a la palabra Ingrid.
  • Difusión de imágenes del asesinato de Ingrid.
  • Sitios de internet consultados para buscar imágenes del asesinato de Ingrid.



Mediante Arcagrama, herramienta desarrollada por Signa_Lab, obtuvimos la lista de las 100 notas más relevantes de acuerdo con Google News alrededor del asesinato de Ingrid Escamilla entre el 10 y el 12 de febrero, para después hacer el conteo de las palabras más recurrentes durante esos días.





Y a partir de esto, utilizamos Google Trends, una herramienta que permite contabilizar y analizar lo que las personas “buscan” en internet a través de Google, además del volumen de estas búsquedas con distintos parámetros de georeferenciación: La herramienta arroja también el conjunto de palabras y los sitios web más utilizados al realizar una búsqueda en específico.



A continuación presentamos visualizaciones con datos descargados de Google Trends que muestran:

  • Las palabras más mencionadas en la búsqueda “Ingrid” circunscrita a México entre la noche del 11 y la mañana del 12 de febrero.
  • Los sitios más ligados a la búsqueda “Ingrid” en México entre las últimas horas del 11 y las primeras horas del 12 de febrero.








Estos hallazgos dan cuenta de que, durante las últimas horas del 11 de febrero y las primeras del 12, cuando la discusión estaba alcanzando su punto más alto en redes, la mirada que predominaba alrededor del feminicidio de #Ingrid, se anclaba a las gramáticas del horror, entendidas, siguiendo a Reguillo (2012), como formatos de consumo de información heredados de “estrategias mediáticas que tienden a atenuar la sensibilidad frente a la barbarie”, y que urgen a medios y audiencias a preguntarnos por las formas en que “se construye a la víctima”. En este caso en concreto: la búsqueda de las imágenes del cuerpo de Ingrid. Fotografías filtradas por las propias autoridades de la ciudad de México, la exacerbación de la brutalidad del feminicidio como eje narrativo en palabras asociadas a ella, la búsqueda de imágenes y videos del acontecimiento en sitios dedicados al género gore, y algunas de las palabras más usadas por los medios en la cobertura (imágenes, filtración) son muestra de ello.

En las primeras horas de la tarde del día 12 de febrero, el equipo de Signa_Lab tomó la decisión de pedirle a Mónica Vargas, la artista visual del Laboratorio, una ilustración de #Ingrid, que acompañara el informe en elaboración. Queríamos salir de la falta de oxígeno que nos produjo la constatación del espejo en el que se reflejaba una sociedad, unos usuarios que se entusiasmaban con la caligrafía del horror, impuesta a un cuerpo inerme; queríamos sobre todo, traer al centro a #Ingrid.

Esta es la ilustración que proponemos como una gramática que enfrente la disolución, el aniquilamiento y la imposición de una caligrafía brutal sobre los cuerpos rotos en torno a los cuales hay que construir una nueva memoria digital.



Ilustración 1. Ingrid Escamilla, elaborado por Mónica Vargas para Signa_Lab.









Anticuerpos afectivos: apagar el horror



Alrededor de las 17 horas del 12 de febrero, aunque la propuesta había empezado mucho antes, el relato colectivo alrededor del feminicidio de Ingrid estalló en luminosidad. Cifrado en un primer momento en las gramáticas del horror, fue intervenido de manera colectiva por miles de usuarias y usuarios de Twitter.

La estrategia tecnopolítica (el uso político y estratégico de las redes por parte de la sociedad) redireccionó de manera muy rápida la narrativa que se imponía en torno a la revictimización de #Ingrid, a través de la circulación de imágenes de su cuerpo ultrajado.

La inteligencia colectiva y especialmente de una comunidad de afectos de larga data, que ha buscado revertir el relato terrible de nuestras violencias, logró colocar y viralizar -en pocas horas-, miles de imágenes de paisajes naturales, atardeceres, fauna viva, entre otras, con tuits que apelaban al #IngridEscamilla.

Esta es la visualización que genera la resistencia colectiva frente a la colonización del horror.



Grafo 3. Relaciones de Usuario a Hashtag, del término #IngridEscamilla e #Ingrid, con un periodo de descarga del 12 de febrero a las 11:58 horas al 13 de febrero a las 13:33 horas. 17,507 nodos, 25,183 aristas y 622 comunidades. Elaborado por Signa_Lab.



Esta estrategia de inteligencia colectiva en tiempo real, supone, además, una intervención en los algoritmos de plataformas como Twitter y Google, ya que el relato que prevalece en las búsquedas a largo plazo sobre cualquier tema en estos sitios es el correspondiente al conjunto de palabras e imágenes que mayor número de veces hayan circulado asociadas a dicho tema. En este caso, si bien en un primer momento, hasta el mediodía del 12 de febrero, era esperable que las búsquedas de Ingrid estuvieran y quedaran atadas a la exacerbación de la violencia, desde las 5 pm en adelante, el empuje de un relato distinto no sólo empezó a producir una memoria colectiva afectiva y crítica, de reivindicación de Ingrid, sino que puso en circulación un volumen masivo de datos con la intención de que estos prevalezcan en el espacio virtual como gramática de la esperanza alrededor de esta tragedia.

Después del mediodía del 13 de febrero, el hashtag #IngridEscamillaChallenge comenzó a ocupar el número uno en México. Esta etiqueta no sólo es una continuación de la gramática de la esperanza activada desde un día atrás, sino que permite pensar en un alcance mayor de dicho relato en la medida en que la palabra “challenge” alude a una práctica común en las redes, donde el “challenge” (reto) invita a un mayor número de usuarios a sumarse y sincronizarse para la creación intencional de una tendencia.

En lo que las usuarias y algunos usuarios compartían imágenes bellísimas de paisajes, perritos, gatitos, flores, ilustraciones (como la de Mónica de Signa), Twitter hacia lo suyo y suspendía rápidamente, algunas cuentas que habían divulgado en esta plataforma las imágenes brutales del feminicidio de #Ingrid.







Referencias:

  • CAVARERO, A. (2009): Horrorismo. Nombrando la violencia contemporánea. Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, Anthropos. Barcelona.
  • REGUILLO, R. (2012): “De las violencias: caligrafía y gramáticas del horror”. En Revista Desacatos No. 40, CIESAS. México



admin_signalab
signalab@iteso.mx